En septiembre de 1964, uno de los helicópteros recién estrenados es destinado a la Región catalana, con base en el Aeropuerto del Prat de Llobregat. Sería al año siguiente cuando se considera la Patrulla Catalana con carácter fijo y compuesta de dos pilotos, Enrique Vinuesa y el Teniente de Navío Antonio López-Cerón y Fernández de Alarcón, un mecánico, Vicente Ortells, y dotada de dos helicópteros: un Bell 47 G-3B1 y un Bell 47 J-3B1. Se debe resaltar que una unidad tan joven como lo era el Negociado de Helicópteros tuviera el empuje para establecer bases periféricas al tiempo que consolidaba la Unidad Central.

No había una red de helipuertos, ni superficies preparadas al afecto. Pero en contra de lo que sucede hoy en día, sí se disponía de mayores zonas despobladas donde aterrizar los helicópteros sin mayores riesgos. Probablemente el primer helipuerto civil de uso frecuente fue el construido en el Garraf en 1965; servía de aparcamiento prolongado al helicóptero que se destacaba en esta zona como apoyo a la Cruz Roja en una carretera ciertamente peligrosa y concurrida, ya que era el único camino a la costa, especialmente a la popular localidad de Sitges. Consistía en una plataforma de hormigón sobre la que se pintó una <H> y se colocó una manga de viento como ayuda visual a los pilotos.

Tras la creación de la Patrulla Catalana, el helicóptero allí destacado tomó tierra en la Plaza de Catalunya como saludo a los barceloneses a quienes iba a prestar servicio (y probablemente como aviso a los posibles infractores). Este acto emulaba indirectamente al del autogiro C-30 de Juan de la Cierva que pilotado por el Teniente de Navío Gutián aterrizó en 1934 en el mismo lugar suscitando entre los catalanes la curiosidad por los artefactos de despegue vertical.En los primeros tiempos, y ante la escasez de medios propios, se alquilaban helicópteros a empresas particulares para cubrir servicios en Palma de Mallorca. Tal era el caso del Hughes 269C del operador catalán Trabajos Aéreos Fotogramétricos (TAF Helicopters) que se enviaba por barco a Palma para operar durante los meses de verano sobre las islas.

Estas colaboraciones temporales se extendían a los propios pilotos; en aquel entonces, existía la figura del piloto «colaborador», que complementaba estacionalmente la labor de los pilotos «fijos».Uno de los cometidos más importantes de la Unidad Catalana ha sido siempre la regulación de los miles de automóviles que en todo tiempo se dirigen a las playas de la Costa Brava y del Sur de Cataluña. También controlan, en época estival, la circulación por el paso de la Junquera y durante los grandes premios de ciclismo, de Fórmula 1 y los Grandes Premios de Motociclismo (por aquél entonces en el circuito urbano de Montjuic y ahora en el de Montmeló), al margen de otros eventos de menor repercusión nacional.

 

Helipuerto del Garraf.

 

Se llevan a cabo servicios de una gran repercusión social, colaborando con todas las unidades desplegadas ante catástrofes naturales u otros servicios de relevancia como la búsqueda de una avioneta en Tossa del Mar en 1966, de una niña en Ca’n Pastilla (Palma de Mallorca) en 1967 o la ayuda prestada en el desbordamiento del Llobregat en Sabadell el 13 de octubre de 1988.

 

Actos de presentación de la Patrulla en la Plaza de Cataluña.

Los Juegos Olímpicos supusieron marcas de importancia en el número de horas de vuelo, helicópteros simultáneamente en el aire y personal dedicado en exclusiva.


Los Juegos Olímpicos de 1992.

El índice de accidentes mortales en el período de los JJ.OO. disminuyó en un 40% si bien la tipología de los mismos no varió sustancialmente respecto a años anteriores. Durante los meses previos al comienzo de los Juegos se llevaron a cabo una serie de programas y actuaciones a través de la coordinación de los Centros de Gestión de la DGT, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, el Comité Organizador Olímpico de Barcelona 92 y las Policías Municipales con el objetivo de garantizar el acceso a las diferentes subsedes, puntos especiales de regulación y restricciones locales de tráfico. estos programas se desarrollaron con notable éxito, sin destacar accidentes importantes.

Con motivo de la celebración de los Juegos se remodeló el Centro de Gestión de Tráfico de Barcelona con la implantación del sistema TVCC en las Rondas y las autopistas A-17, A-18 y A-19, así como la señalización variable mediante paneles luminosos aconsejando a los usuarios los itinerarios más convenientes en cada momento. El Servicio de Helicópteros aportó tres helicópteros permanentemente asegurando la movilidad de la familia olímpica y de todos los visitantes a la ciudad Condal. Además, se adoptaron las medidas especiales habituales del verano. La patrulla estaba compuestas por cinco pilotos, dos mecánicos y un fotógrafo que volaron más de 130 horas en las labores de regulación durante las tres semanas en las que se celebró la competición olímpica es decir,


Fuente: Manuel Guillén (Jefe Área de la D.G.T.) y José Mª Rubio (Ingeniero aeronáutico y Director de Relaciones Institucionales de Eurocopter España)

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